Aprender a soltar ¿y sólo avanzar?
No voy a hablar de temas de psicología o de expertos que hablan del tema, más bien lo quiero enfocar desde mi punto de vista, mi experiencia y sobre todo de lo más profundo del alma.
¿Qué parte es la más difícil de una separación? La respuesta es TODO, para ser realista el separarte de una persona a la cuál conociste por diez años, donde sabes hasta sus miedos más extraños, sus gustos, hasta la forma en la que acomoda su ropa fue difícil pero también la separación que más catarsis provoco en mi vida fue la de salirme de casa de mis padres.
Se que la entrada anterior mencione este tema pero creo que va encaminado al aprender a soltar y moverte. Estas lecciones nos las dicen desde niños pero, creo que muchas veces estamos algo aletargados, pues a muchos nos cuesta soltar poco a poco el pasado y la carga.
El aprender a liberarte de cargas no solo es decir, ah ok esto ya no me sirve y lo dejas. Va mucho más allá de todo, dejar cosas buenas y cosas malas, he conocido personas que esto les deja el sabor de boca como de una derrota pero no, al contrario de lo que todos pensamos, el soltar y avanzar tiene un paso intermedio, SANAR.
Sanar en todos los sentidos, espiritual, mental y físico. Todas las separaciones ocurren por algo que nos indica que todo tiene un fin y no porque jamás vuelvas a toparte con esa persona o necesitar de tus padres o dejar de hablar con ese amigo que se fue o cualquier situación que conlleve a un rompimiento, al contrario, esto ocurre porque simplemente se tienen caminos separados y con objetivos diferentes, dejando tras de si una herida muy profunda que no nos deja vivir y pasar al siguiente capítulo.
Es por ello, que necesitamos entender que no podemos cambiar la página con solo decidirlo, debemos buscar el camino para hacerlo y uno de ellos es sanar ¿pero en que parte puedo meter la sanación en ese periodo de transición?
Con todo aquello que he vivido en estos últimos años puedo decir que he pensado que existen pasos que nos pueden ayudar a superar todo aquello que no nos deja evolucionar como personas, estos son:
a. Aprender a soltar. Esto es dejar a un lado tus miedos y saber que dejar esa carga en la puerta de salida puede traer más cosas buenas que malas. Nunca es bueno arrastrar el pasado, los problemas, los traumas y dejarlos ir es un paso a la felicidad y estabilidad personal.
b. Sanar. Lo más difícil ya pasó, que fue soltar eso que nos detenía, ahora nos toca sanar y eso implica muchas cosas pero la principal, llorar, llora todo lo que tengas que llorar, el miedo, las frustraciones, la impotencia y después de sacar todo ese veneno en tu alma, llora felicidad porque después de toda esa tormenta, lograste salir, un poco arrastrado pero lo hiciste.
Después de haber llorado todo eso, busca aquello que pueda alimentar tu alma, escribir, pintar, tejer, jugar o encontrarte a ti mismo. A veces nuestras pasiones no son algo con lo que nacemos, sino con algo que adquirimos. Si alguna vez tuviste ganas de irte a viajar, hazlo, comerte al mundo que intento tragarte pero a que su vez, te va a ayudar a encontrar el espíritu aniquilado por las presiones.
Al haber llegado a ese momento cumbre donde ya aprendiste a valorar el pasado sin dolor, a abrazar lo que fuiste y lo que se fue; entonces, en ese momento podrás pasar al siguiente paso.
c. Seguir avanzando. Asimilar todo aquello que en su momento nos derrumbo por completo y dejarlo a un lado, es una de las cosas más difíciles que una persona puede hacer por sí misma. Después de lograrlo, todo quedara como un recuerdo, no dolerá, no sangrara simplemente estará ahí para recordarte que tan fuerte eres.
El seguir adelante no es ignorar del todo el pasado, es tomar las cosas buenas y llevarlas en tu nueva maleta y lo malo, dejarlo en el pasado, ahí donde lo que no sirve muere y se olvida. Debes perdonar todo lo malo y sobre todo perdonarte a ti mismo, algunos podrán no olvidar porque eso te deja una gran lección pero yo digo que debemos dejar todo vació, total, las nuevas experiencias irán llenando de nuevo nuestro espíritu.
Y cuando puedas voltear de vez en cuando al pasado, solo sea para que veas que siempre hay oportunidades para enmendarnos a nosotros mismos.
El soltar y seguir adelante es el mejor consejo, solo que no todos lo llevamos igual. Algunos añadirán otros pasos intermedios entre el inicio y el fin pero yo me quedo solo con el sanar, pues a mi me ha ido funcionando y vaya que las recompensas han sido más que satisfactorias.
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